Detener la pandemia de los SUV: ¡La transición a la movilidad va en la dirección equivocada!

Jessica Stingl 06. feb. 2025

La UE quería impulsar una transición sostenible hacia la movilidad eléctrica, pero la realidad es muy diferente. Los SUV eléctricos de gran tamaño con baterías sobredimensionadas dominan el mercado y reciben subsidios, mientras que los pequeños y eficientes vehículos eléctricos quedan excluidos. ¿El resultado? Costos elevados, un consumo innecesario de recursos y una aceptación decreciente por parte de los consumidores. La solución ya circula por las calles de Europa: microcoches de la categoría L7e, como el Microlino, que acaba de ganar el prestigioso premio “BEST IN CLASS” 2025 al mejor vehículo eléctrico ligero. Sin embargo, en lugar de fomentar estas soluciones innovadoras, la UE sigue incentivando el consumo excesivo de recursos. 

 
El problema: Una transición a la movilidad fuera de control 

  • SUVs en lugar de movilidad inteligente: La UE sigue otorgando subsidios a SUV eléctricos gigantes, aunque sean sobredimensionados, ineficientes y tengan una enorme huella de carbono. 

  • Incentivos erróneos, resultados equivocados: El ciudadano europeo promedio recorre solo 30 km al día, generalmente solo. Sin embargo, en lugar de incentivar vehículos eficientes y sostenibles, se siguen subsidiando SUV de 2,5 toneladas. Estudios han demostrado que vehículos como el Microlino no solo ocupan menos espacio y son más eficientes, sino que también reducen en un 90 % las emisiones de partículas finas en comparación con un SUV urbano. 

  • China toma la delantera: Mientras que las regulaciones de la UE frenan la innovación europea, los fabricantes chinos dominan el mercado de los coches eléctricos compactos. Europa está perdiendo su industria automovilística. ¿Seguiremos mirando sin hacer nada? 


La solución: Apoyar los microcoches (L7e) de manera estratégica 

  • Incluir los microcoches (L7e) en el cálculo de emisiones de CO₂ de las flotas: Mientras que los SUV eléctricos de gran tamaño obtienen beneficios dobles, los microcoches quedan completamente excluidos. Esta desigualdad absurda debe corregirse de inmediato. 

  • Fortalecer la industria y el empleo en Europa: La categoría L7e es una clase de vehículos exclusivamente europea, lo que representa una gran oportunidad para apoyar a las empresas locales y fomentar la innovación. Los microcoches fabricados en Europa deben tener una mayor ponderación en el cálculo de emisiones de CO₂ de las flotas para garantizar la competitividad de la industria europea. 

  • Una estrategia de movilidad realista y aplicable: No todos pueden hacer una transición inmediata hacia un vehículo 100 % eléctrico. Sin embargo, combinar un microcoche eléctrico para los desplazamientos diarios con un coche de combustión para viajes largos ocasionales puede reducir drásticamente las emisiones de CO₂ desde el primer kilómetro – sin compromisos y con máxima eficiencia. 


¿Por qué ahora? 

El 5 de marzo de 2025, la Comisión Europea presentará su Plan de Acción para la Industria Automovilística – una decisión clave que determinará el futuro de la transición a la movilidad. ¿Seguirá la UE promoviendo SUVs eléctricos sobredimensionados e ineficientes que solo representan un greenwashing costoso, o finalmente reconocerá la realidad y apoyará soluciones inteligentes y funcionales como el Microlino?

Como parte de la Microcar Coalition, Micro exige un cambio de rumbo en un documento de posición oficial: En lugar de subsidiar “tanques eléctricos” de varias toneladas, la UE debe finalmente apoyar los pequeños vehículos eléctricos eficientes, que realmente ofrecen una movilidad sostenible. Si la UE no reconsidera su estrategia el 5 de marzo, el futuro de la movilidad europea se enfrentará a un serio retroceso.